viernes, 28 de enero de 2011

LA VACUA PLURALIDAD DE LA IZQUIERDA

Me dice mi vecino del Blog, el amigo Félix, que soy un clásico irredento buscando las contradicciones en el pasado (vease mi anterior entrada) y que me modernice en la búsqueda de contradicciones del presente (¿o del futuro?). Yo, que no quiero ser un tipo antiguo, me he puesto a mirar en el hoy y, demonios cuanto hay, he encontrado demasiados testimonios colectivos e individuales de la incapacidad política e intelectual para hacer que la suma de dos mas dos de cuatro en lugar de menos uno.

A ver si soy capaz de explicarme, recién llegado a ese frondoso mundo del Internet y de las Redes Sociales me he ido haciendo amigo de todo lo que pillaba que me sonaba a compañero, camarada o incluso colega. Así desde las <Confluencias>, los Equo's, los de Extremadura, la vieja (por avenjentada) amiga Izquierda Unida, el PCE (de ahora, de siempre, de nunca), etc, etc, etc. ¿Qué he visto?, mucha cháchara, mucho pensamiento compartido, mucha llamada a la necesidad de configurar la suma de izquierdas, pero sobre todo (maldita sea) mucho ninguneo de el de  al lado, mucha crítica feroz a los que deberían circular (y lo que es peor circulan) por el mismo carril. Todos gritando la necesidad de la sacrosanta pluralidad, todos odiando desde las ortodoxias de lo mio, de lo suyo, de lo de otros, a todos los que no son como yo.

Porque, eso sí, mucha izquierda, mucha celebración de la igualdad, mucho llamar a la unidad, pero sobre todo mucha vanidad, soberbia y convencimiento místico en la supremacía de MI pensamiento, de MI YO.

Sugiero más compromiso, más humildad, más confraternización. Los sindicatos se venden, la IU es insoportable, los de Equo ni rojos, ni amarillos, los otros dilapidando la iznquierda, y venga más bílis, más secesiones, más personalismos, más espacio para una derecha ganadora y creciente. Al final todos queremos la pluralidad, pero la del monopolio de lo mío (ni siquiera lo <nuestro> acaba interesando); al final nos vamos a la sedición personal,. a la esquizofrenia absoluta como modelo.

Pienso (si pensar está permitido) que todos creemos en cosas similares, que tenemos objetivos comunes, que cada uno hace lo que puede (no siempre lo que quiere), y que, a veces, nos puede el <tirano> que llevamos dentro ese que nos rompe y nos fragiliza. Que le vamos a hacer, somos débiles humanos, egoístas y un pelín ególatras, mejor crecer sobre las ruinas de mi igual que sobre los hombros de mi compañero/a.

Por mi seguir diciendo sandeces, yo a lo mío, a equivocarme otra vez. Vaya de propio la ilusión por el nuevo experimento que en Navarra supone la coalición IU/Batzarre, otra vez a sumar, otra vez a ver un camino despejado. Haber si hay suerte y dentro de cuatro días no hemos dado con todo al traste por quitame un parking, una memoria o un sindicato más o menos amigo. Tengo el vago presentimiento de que otra vez alcanzaremos la verdad absoluta contra el más cercano, pero espero equivocarme, es más, quiero equivocarme.

Mientras tanto seguiré mirando con melancolía, y, ¿por qué no?, con cariño como nos despedazamos amablemente y ponemos nuestros restos a secar a la vista de todos. Pobre izquierda que prefiere perder, que adora la pluralidad que no acepta, ni quiere,. ni transige.

A pesar de todo, suerte compañeros, amigos

1 comentario:

  1. Manolo, correcto. Uno de los males, que son variados, de la izquierda es el envanecimiento narcisista. La pérdida del nosotros.

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